4 Sept 2025
#procesos #motion #IA
Este post es como un capítulo de los Simpson: el principio no tiene nada que ver con el final. Todo empezó como un ejercicio en un curso de IA para creativos. La dinámica era jugar con los srefs de Midjourney (números que marcan el estilo de las imágenes). Con el comando sref random te salen estilos al azar, y si alguno te gusta, lo guardas. Fácil en teoría, pero luego te lías a generar imágenes… total, que acabé haciendo 111 chicas con pompa de chicle. Sí, ciento once. Porque ninguna me convencía del todo. En ese momento pensé que había tirado horas a la basura, que ya me valía, que soy demasiado tiquismiquis y obsesiva, que tenía que ser más práctica y terminar las cosas antes que si no de esto no vivo… en resumen, que tenía un montón de imágenes que no servían para nada. Pero más tarde (plot twist), resultó que ese “material inútil” iba a ser justo la pieza que me hacía falta.
Lo que parecía inútil acabó siendo la clave
Mientras tanto, en LinkedIn…
Aaay LinkedIn. Entro poco, y cuando lo hago intento fijarme solo en lo positivo, en la gente que comparte cosas útiles y prácticas, empresas con iniciativas interesantes... Pero es complicado, eh? Entre tanto pseudo-gurú de la IA, frases huecas, postureo y quejas de oficina, hay mucho ruido. Y ojo, a mí todo me parece bien, cada uno puede usar sus redes sociales como quiera. Pero claro, si lo llenas solo de frases motivacionales recicladas y reflexiones “visionarias” y afirmaciones categóricas... da un poco de pereza leerte o escucharte. Pero como el mundo está lleno de contradicciones y yo soy una de ellas, aquí va mi afirmación categórica de visionaria-gurú, pero en versión destacado de blog:
El día que por fin tengas algo valioso que contar en LinkedIn, ya nadie te va a escuchar, porque habrás aburrido hasta al algoritmo
De ahí (y un poco de hate a las redes, para qué negarlo) salió la conexión: todos hablando de lo mismo en LinkedIn, inflando la burbuja (me incluyo), hasta que explota. Y lo que pasa cuando explota, que ya nada es como antes. Y entonces me acordé de mis 111 chicas con chicle. Lo que parecía una pérdida de tiempo, acabó siendo la parte visual principal detrás de POP ✨.
Ya lo tenía, ahora me faltaba LA escena: la pompa explotando. Y aquí viene lo que no se suele contar de la IA. Solo enseñan los resultados bonitos y parece magia. Pues o yo soy muy torpe (y eso que usé un GPT personalizado, el AI Video Prompt Generator for Veo2, Kling, Runway, para afinar los prompts) o no es magia: es prueba y error, gastar créditos y cruzar dedos para que el modelo entienda algo de tus prompts. Yo pensaba: “bah, una pompa de chicle explotando, es fácil para la IA”. Pues no. Lo que salió en algunas pruebas fue incluso perturbador (aviso: mejor no verlas antes de dormir).
La IA es iteración, es prueba, es error y muchas tomas falsas
Al final, decidí dividir la acción en 2: Primero hacer a la chica inflando la pompa (el resultado más satisfactorio me lo dió kling 1.6 standard) y con VEO2 ya, la explosión y salpicaduras. Aprendí que no hay un modelo que sirva para todo: gana el que se adapta a lo que necesitas en ese momento. Para la siguiente, prometo investigar mejor qué modelo hace qué, antes de tirar pruebas como una loca.
Conseguida la pompa, me puse con el guion y el audio. El guion lo trabajé con ChatGPT, para darle forma a la narración. Con la versión 4, no con la estándar, sino con la que era mejor para ideas creativas y brainstorming (no sé decir exactamente cuál, porque ya no existe). En audio tiré de Eleven Labs con la voz de Ivanna – Girl Next Door, que suena muy natural, sin ser de anuncio ni voz de podcast. Aunque también tuve que hacer alguna prueba porque a la primera, no sale la voz que quieres.
Le añadí un murmullo de cafetería (descargado gratis) y frases random sobre IA con otras voces de ElevenLabs. Resultado: un desorden sonoro y voz bastante casual y realista.
Por mucho hype que haya con la IA, aún hay que saber usar “lo de siempre”
Después vino lo clásico: Porque al final, las herramientas de toda la vida siguen siendo las que dan el control total sobre el resultado y con las que dar el pulido final. Usé el filtro timewarp de after effects para la sucesión acelerada de chicas, máscara circular y un wiggle para simular imperfecciones de movimiento que hay al soplar en la pompa de chicle. También desenfoqué el centro de la pompa, ya que había bocas que se veían demasiado nítidas para ser una pompa de chicle.

Y Premiere para el montaje final, subtítulos (amarillo sobre negro, siempre, por legibilidad) y mezcla de audio con Essential Sound para darle unidad y empaque al conjunto.
Y así nació POP, un micro-relato de 25 segundos que parece sencillo, pero detrás tiene un montón de pruebas, errores, ajustes y aprendizajes.
Lo que me llevo:
Muchas ideas que parecen creativas en realidad salen de estar atento. La “chiripa” no es chiripa: es ejercitar las conexiones entre cosas que, a priori, no tenían nada que ver.
La IA no te entiende a la primera: es más bien un camino de iteración, caprichoso y cambiante. Toca ser flexible y aprender a rescatar lo que te sirva de lo que te da.
Y ya en lo personal: No ser una ansias ni autofustigarme con lo que a priori creo que he hecho mal. Confiar en el proceso: lo que parecía tiempo perdido, acabó siendo justo lo que necesitaba.
Y ahora que ya lo sabeis todo sobre el proceso, aquí tenéis el resultado final. Espero que lo disfrutéis.
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